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Material textual fan

En esta sección ahondaremos en los tres tipos de publicaciones textuales de los fans: los libros autorizados, los no autorizados y los fanfics.

Autorizados
Autorizados

Este nuevo enfoque ha permitido que prosperen algunas creaciones ajenas a J.K. pero relacionadas con su mundo mágico, algunas de ellas incluso “autorizadas” por la autora. Es cierto que la cantidad de obras autorizadas no es muy grande, pero para sus autores y sobre todo para los fans que se niegan a aceptar el final de la saga, suponen un gran regalo.

 

Los aspectos narrativos varían según la extensión. El tiempo y los personajes pueden o no reutilizarse, pero lo que sí suele coincidir con la macrohistoria es el espacio. La mayoría de los libros autorizados se mueven dentro del mundo creado por Rowling. Es lo que sucede, por ejemplo, con la serie de James Potter. El protagonista de Lippert vive sus aventuras en escenarios como Hogwarts, la estación de King's Cross o Hogsmeade. Lugares muy presentes en la saga original. En este caso, el tiempo se situaría 18 años después del epílogo, y varios de los personajes se corresponderían también con los hijos de la generación inicial mencionados en el último libro de Rowling.

 

Al igual que los aspectos narrativos, la función depende de la extensión, pero una obra autorizada puede expandir el mundo ficcional a través de cualquier tipo de historia, profundizar en personajes u otros elementos del mundo mágico y completar la historia incompleta.

Uno de los ejemplos principales lo encontramos en la ya célebre serie de James Potter, creada por el americano G. Norman Lippert. Lippert, que era programador, empezó a escribir el primer libro sobre el primogénito de Harry movido por la necesidad de prolongar la historia del mago más allá de la última entrega oficial. Al ver la obra, su familia le sugiró que la publicara online como un fan fiction, y en el 2007 el autor siguió su consejo.

 

Pronto, sus relatos sobre las aventuras de la siguiente generación de magos se convirtieron en un fenómeno. Lippert construyó una web en la que volcar sus libros, de descarga totalmente gratuita, y continuó una serie que actualmente se compone de los siguientes volúmenes: James Potter and the Hall of Elder’s Crossing (2007), James Potter and the Curse of the Gatekeeper (2008), James Potter and the Vault of Destinies (2010), James Potter and the Morrigan Web (2013), James Potter and the Crimson Thread (próximo lanzamiento). A esta historia central, se le añaden dos extensiones: The Girl on the Dock: A Dark Fairy Tale y The Girl in the Graveyard, protagonizadas por Petra Morganstern, uno de los personajes de la saga del joven Potter. En estos libros, Lippert retoma el espacio creado por Rowling, así como algunos de los personajes mencionados en el epílogo de la macrohistoria (James Potter, Albus Severus, Scorpius Malfoy…), pero genera una aventura totalmente nueva a partir de ellos. Esta parece ser una de las razones por las que la agencia de Rowling no denunció la obra de Lippert.

 

Cuando empezó a surgir el rumor de que Lippert era el pseudónimo de J.K., quien supuestamente estaba trabajando en esta nueva serie sobre James, el autor se puso en contacto con la agencia y con Warner, que aceptaron leer una copia del libro antes de efectuar cualquier demanda. Tras revisar los escritos, concluyeron que no infringían el copyright de la macrohistoria, y la propia Rowling le dio a Lippert su aprobación. El porqué la escritora consideró que esta obra no debía ser demandada, no está muy claro. Puede deberse a que, más allá de lo evidente, la trama no está vinculada con la historia original. Sin embargo, también puede tener que ver el hecho de que Lippert esté publicando sus libros en Internet sin ánimo de lucro, por lo que no gana ni un solo dólar con sus relatos.

No autorizados

Desde el nacimiento de Harry Potter en 1997, Rowling ha hecho grandes esfuerzos para tratar de controlar el mundo que había creado. En la práctica, esto significa que, tanto su agencia como Warner, han mantenido una estrecha vigilancia sobre las obras fans inspiradas en su trabajo.

 

En su mayoría se trata de obras que estudian el mundo mágico de Potter, (Los Mundos Mágicos de Harry Potter. Mitos, Leyendas y Datos Fascinantes; El Diccionario del Mago), o los entresijos de la historia (Enciclopedia Harry Potter: La primera guía completa no oficial del mundo), aunque también pueden expandir el universo o profundizar en los personajes de la saga. Por último, cabe señalar otro de los escritos no aprobados ni condenados por Rowling. Hablamos del final alternativo publicado por Greg Palast en su blog, un texto elaborado por el periodista tras escuchar uno de los supuestos finales que la autora había sopesado.

 

De nuevo, los aspectos narrativos cambian en función de la extensión. Las obras no autorizadas suelen ser sobre todo guías o enciclopedias, por lo que mayoritariamente coinciden el tiempo, el espacio y los personajes con el de la macrohistoria, aunque también pueden coger información de otras extensiones.

 

La función central de las obras no autorizadas es profundizar en la historia, sobre todo en el espacio y en sus elementos. Sin embargo, algunos relatos también pueden ampliar el mundo ficcional o completar la historia incompleta.

No autorizados

Harry Potter and Bao Zoulong (2002)

Algunas, como la chinesa Harry Potter and Bao Zoulong (2002), una mezcla de la historia de Harry con la de El Hobbit de J.R.R. Tolkien, fueron rápidamente demandadas y condenadas por plagio.

Otras, sin embargo, han sido mucho más polémicas, y en ellas las demandas de Rowling han tenido diferentes resultados. La primera de la que hablaremos es The Lexicon: An Unauthorized Guide to Harry Potter Fiction and Related Materials, de Steve Vander Ark. Tras un mediático juicio, Vander Ark y los abogados de la autora llegaron a un acuerdo, y el fan pudo publicar su enciclopedia luego de haber hecho numerosos cambios respecto al libro original.

Otro caso muy seguido fue el de La Guía Secreta de Harry Potter, de Pablo C. Reyna. La obra del más conocido como Cronista de Salem trataba parte del material recogido en la web eldiccionario.org, organizando y comentando datos sobre los personajes, las criaturas, los lugares, ... Los abogados de la autora denunciaron el libro y, con el fin de no tener que llegar a jucio, se decidió que se dejase de imprimir tras la salida de la segunda edición.

 

Y es que los textos sobre Potter que son publicados, y de los que se obtienen beneficios monetarios, siempre se han mirado con lupa, y muy rara vez consiguen autorización de la autora.

Fan fiction
Fan fictions

Un mundo aparte son los fanfics disponibles gratuítamente en Internet... Con ellos, los mayores fans de la saga dejan de conformarse con el canon oficial, y se disponen a crear, comentar y compartir (de manera gratuíta) nuevas historias dentro del universo que admiran.

La gran diferencia con los libros no autorizados es, a parte de que los fanfics siempre están en formato digital, que estos suelen tener una menor complejidad (tanto léxica como de contenido) que los libros. Un fanfic puede ser un texto con más de cien capítulos (lo conocido como long shot), pero lo más habitual es que se trate de la narración de una escena puntual sin continuación (one shot).

 

El respeto al relato original no es demasiado relevante en estas narraciones. En cuestiones como los espacios, los personajes o las relaciones establecidas entre ellos, el verdadero autor nunca tiene la última palabra. Los fans forjan nuevos romances y amistades, inventan acontecimientos y estiran el mundo narrativo sin límites aparentes. Desde historias paralelas donde Harry es ubicado en Slytherin, hasta acciones protagonizadas por personajes creados desde cero, los escritores de fan fiction pueden coger cualquier elemento de los libros de Rowling (pertenezcan o no a la macrohistoria) y componer con ellos un nuevo relato que les permita permanecer en el mundo de los magos.

 

¿Qué aventuras vivió Dumbledore antes de ser director de Hogwarts? ¿Cómo se convirtió Tom Ryddle en Lord Voldemort? ¿Cómo fue para Ginny Weasley su primer año en la escuela de magia? Los fan fiction completan estas y otras de las elipsis que existen en la saga, a través de todo tipo de géneros y calidades narrativas. Lo fundamental en ellos no es ser un gran escritor, sino amar la historia. Mantenerla viva. Esa es la norma primordial, aunque muchas de las páginas dedicadas a este tipo de narraciones mantengan al mismo tiempo otras reglas. Por ejemplo, una de las prohibiciones más importantes es el plagio. En este tipo de webs se condena la reproducción de obras publicadas y de otros fanfics, siendo las repercusiones de esta infracción la eliminación del texto y/o la suspensión de la cuenta de su autor. Otras reglas generales son la de no usar el espacio para hacer spam o autopromoción, y evitar conductas violentas a la hora de realizar un comentario.

 

Como vemos, las normas de las páginas de escritura fan son bastante coherentes. Con ellas, la mayoría de los sitios respetan la libertad creativa de sus usuarios y permiten evitar los conflictos más perjudiciales, naturales en webs con tal cantidad de tráfico. Evidentemente, la actividad de estas webs fue mayor en los años de publicación de la saga, pero a día de hoy algunas de ellas como FanFiction o la moderna Wattpad continúan alojando nuevas historias sobre Potter. Además, a diferencia de en los 2000, Rowling las aprueba, siempre y cuando, como dice Scolari (2013), no tengan ánimo de lucro, escenas obscenas o la intención de convertirse en libros impresos.

 

Debido a la total libertad de la que disfruta cualquier persona a la hora de escribir un relato, los aspectos narrativos de un fanfic pueden coincidir o no con la macrohistoria en función del texto del que estemos hablando. 

 

Los fanfics expanden el mundo ficcional a través de cualquier tipo de relato, profundizan en muchos de los elementos de la obra y completan la historia incompleta.

 

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