Henry Jenkins
Henry Jenkins (Atlanta, 1958) es un académico estadounidense que, en 2003, publicó en Technology Review su artículo Transmedia Storytelling. Moving characters from books to films to video games can make them stronger and more compelling, donde se profundizaba por primera vez en el concepto de narrativas transmedia. Si bien es cierto que el término fue acuñado años antes por Marsha Kinder, es a Jenkins a quien se le reconoce el desarrollo del mismo.
Charlamos con él sobre los límites y problemas de estas narrativas, así como de su evolución en estos 13 años y de su funcionamiento dentro del mundo de Harry Potter.
© Joi Ito
En su Weblog, Confessions of an Aka-Fan, es habitual que hable de las últimas noticias sobre transmedia.
El periodismo transmedia expande el reportaje a través de múltiples plataformas
Para el usuario medio, los principales problemas del transmedia son el tiempo que exige y una curva de aprendizaje demasiado grande
Todos somos ciegos tratando de describir un elefante
¿Cuál es su definición de transmedia? ¿Hasta dónde llega?
“Las narrativas transmedia representan un proceso donde elementos integrados de una ficción se dispersan sistemáticamente a través de múltiples canales de distribución con el propósito de crear una experiencia de entretenimiento unificada y coordinada. Lo ideal sería que cada medio hiciese su propia y única contribución al desarrollo de la historia”.
Lo de arriba es una definición de narrativas transmedia, una que se cita a menudo. Pero hay que entender que transmedia por sí mismo es un adjetivo que significa “a través de los medios” por lo que transmedia debería referirse a cualquier relación estructurada a través de los medios. Necesita algunas modificaciones. Así que, más allá de la narración, tendríamos que hablar sobre marcas, actuaciones, educación, movilización/activismo, periodismo/documental, etc., como alternativas lógicas del transmedia. Esto se puede mezclar y armonizar en un mismo texto, de manera que encontramos distintas formas de narrativas transmedia en las marcas o algunos programas de ficción que pueden ser comentados mediante documentales, etc. Algunas funciones son más comunes en algunos sistemas que en otros, por lo que una economía de medios de comunicación de servicio público es más apta para fomentar el aprendizaje, la movilización o el documental, del mismo modo que una economía comercial es más apta para promover el entretenimiento, la narración, la actuación y las marcas.
En una entrevista con Scolari, dijo que el periodista debe ser capaz de hacer transmedia pero, ¿cómo puede hacerlo?
Cada vez más periodistas de medios electrónicos complementan sus informes con mapas interactivos, gráficos, conjuntos de datos, elementos multimedia, etc., que se pueden encontrar en la web como una extensión de su historia. Lo mismo pasa con los periódicos.
Fusion es una empresa en los Estados Unidos (propiedad de Univision), que está experimentando con transmedia y presentación de informes multimedia. También es interesante la base de datos desarrollada por el MIT, Open Docs Lab, y su reciente libro blanco, que he publicado en mi blog. Como ejemplos de documentales transmedia, recomiendo el Highrise Project del Canadian Film Board.
¿Cuáles son las características del periodismo transmedia?
El periodismo transmedia hace referencia a una situación en la que el reportaje se expande a través de múltiples plataformas, cada una de ellas empleada para explotar sus capacidades, y cada una complementando a la otra para ofrecer un conocimiento completo y rico de los acontecimientos y preocupaciones del mundo real.
¿Considera como transmedia a aquellas plataformas que reutilizan contenido de otros medios, aunque no contribuyan a expandir el universo?
No. Hago una diferenciación entre multimedia, crossmedia o cross-platforms y transmedia.
Para mí, multimedia se refiere a los casos donde múltiples tipos de medios (texto, audio, video) se despliegan en un trabajo semi-contenido, como por ejemplo en una app. Carece de expansión de contenido a través de múltiples plataformas, aunque si tiene esa multimedialidad que yo asocio con el transmedia. El crossmedia o cross-platform se refiere al mismo texto circulando a través de múltiples plataformas, como en Hulu o Netflix, donde nada nuevo es añadido como resultado de otro soporte [se refiere al uso de tablet, móvil o ordenador]. El transmedia requiere de la expansión de contenido a través de múltiples plataformas en las que se añadan nuevos alicientes a través de la adición de nuevo material apropiado para cada plataforma.
¿Qué es más importante para un usuario transmedia, la inmersión o la extraibilidad?
Depende del proyecto. Ambos se pueden alcanzar a través del transmedia. En la inmersión, nos metemos de lleno en la historia en nuestros encuentros a través de múltiples plataformas. En la extraibilidad, tomamos elementos del mundo de los medios y los empleamos en el mundo físico como, por ejemplo, ocurre con las figuras de acción o los cosplays. Ambos trabajan mano a mano para aumentar nuestra conciencia de los mundos de ficción.
¿Qué problemas pueden presentar este tipo de narrativas para los usuarios?
El transmedia a menudo exige mucho a los espectadores, que tienen que excavar muy hondo para poder entender un mundo narrativo particular. Funciona mejor para los espectadores realmente comprometidos, y puede servir a menudo para intensificar el compromiso. Pero, en muchos casos, el objetivo es un compromiso en capas, de modo que el texto central (la nave nodriza) es relativamente autónomo y puede ser apreciado por el espectador más puntual, mientras que cada texto adicional hace el mundo narrativo más complejo, más convincente, más rico en detalles; permitiéndonos explorar de nuevo la historia, desarrollar relaciones con los personajes secundarios, para entender diferentes aspectos del mundo narrativo. Todo esto, por supuesto, requiere algunas señales para que la audiencia sepa que existe otro material y cómo se relaciona con el todo. El mayor problema ahora mismo con la producción transmedia es la falta de una orientación clara para el espectador. A veces incluso los fans incondicionales no saben a dónde ir para experimentar las extensiones transmedia o se pierden a la hora de entender cómo las partes se suman al conjunto.
Hablando en concreto sobre Harry Potter, ¿considera los libros y ensayos escritos por personas que rechazan la saga (cristianos extremistas, por ejemplo) como transmedia? Y ¿qué me dice de las adaptaciones (películas, bandas sonoras…)?
Interesante cuestión. Esos textos son definitivamente paratextos que pueden influir en cómo determinados grupos de lectores entienden el mundo narrativo de Harry Potter. Mi primera definición de transmedia recalcaba continuamente el control sobre la corriente de información. Ahora estoy preparado para aceptar los fan fictions que parten explícitamente del original y que forman parte del sistema transmedia que crece alrededor de una franquicia particular. Así que las producciones amateurs, videos, historias, cosplays, los partidos de quidditch, ... también son parte del sistema transmedia del universo Harry Potter. Estoy menos seguro sobre qué hacer con las críticas de las películas, las cuales son hostiles con el original y no añaden nada por sí mismas a la narración. Esto sería un caso limitado, por supuesto.
En cuanto a las adaptaciones, ha habido una tendencia a distinguir entre extensiones transmedia y adaptaciones en la base de este concepto de comprensión añadida. Es decir, una extensión es conscientemente añadida al mundo ya existente, pretende alterar el modo en que lo entendemos. Una adaptación, por otro lado, vuelve a presentar la ficción, contándola de nuevo, para una nueva audiencia y a menudo hace mínimas adiciones al material original. Hay, obviamente, una línea difusa entre estos dos conceptos, especialmente desde que la mayoría de las adaptaciones aportan nuevas interpretaciones al material, pero yo todavía consideraría algo como Wicked o Maléfica como extensiones transmedia que hacen algo diferente a una simple adaptación.
En su libro, Convergence Culture, escribe sobre las Potter Wars. ¿No cree que es un obstáculo para el transmedia y para las nuevas plataformas todos los problemas que Warner Bros. les ocasionó a las páginas fans?
Las guerras que describo se referían a si los jóvenes tenían derecho a leer y (re)escribir Harry Potter, enfrentándose a la censura por una parte, y al copyright por la otra. Este conflicto surgió en un momento en el que las compañías de medios estaban tratando de entender lo que significaba que los fans pudiesen responder públicamente a sus productos de forma que otras personas pudiesen responderles a ellos. Los fans estaban, en este sentido, contribuyendo activamente al sistema transmedia alrededor de Harry Potter, de maneras que no habrían sido posibles antes. Cada vez más, las empresas reconocen el valor de esas respuestas de los fans, especialmente en un entorno de medios tan desordenado como el de hoy en día. Las compañías reconocen que los fans están usando las redes sociales para atraer a otros consumidores potenciales de sus productos, que sus producciones prolongan la vida útil de las narrativas y que, por lo tanto, existe un valor en el fomento de una mayor y más visible participación. Dudo mucho que las compañías consideren esta clase de producciones culturales como extensiones transmedia, pero deberían.
Incluso en una era de contenidos más episódicos y menos serializados, los fans realizan conexiones a través de esos episodios, trazando la vida emocional de los personajes así que, en muchos casos, los tipos de extensiones transmedia que eran sancionables según el estudio fueron creados por escritores, creadores de vídeos, cosplayers... etc. Los fans pueden poner una historia en un lugar donde los productores nunca la pondrían y observar estas decisiones como una especie de experimento en la narración, a través de todos los puntos de vista que se puedan obtener. Los estudios tienden a pensar en la creatividad del fan en términos de control (control sobre los derechos de autor en el caso de los abogados del estudio, control creativo en el caso de los productores) cuando ellos realmente deberían entender esas prácticas en términos de compromiso, de experimentación, innovación y diversificación. En el caso de Harry Potter, piensa en las noticias generadas por la elección de una mujer negra para el papel de Hermione en la próxima producción de la obra de teatro de J.K. Rowling. Hay que darse cuenta de que los fans han estado escribiendo historias y creando obras de arte sobre personajes de Harry Potter de raza mixta desde hace muchos años.
¿Cuáles son los factores que considera como las principales dificultades para el desarrollo de un producto transmedia?
Hay muchos, desde el presupuesto (¿cómo pagar por las expansiones?) hasta la orientación de la audiencia a la que me refiero en preguntas anteriores. El ideal de transmedia surge de la demanda de una historia y no es un truco que se impone sin tener en cuenta las particularidades de la trama, la audiencia, o el contexto. Los materiales transmedia a menudo no se traducen para otros mercados, lo que significa que los consumidores globales tienen una experiencia incompleta del conjunto. La tensión entre el espectador comprometido y el puntual da lugar a uno de los problemas: ya sea que el espectador ocasional se siente abrumado por la gran cantidad de información sobre la historia o porque el espectador comprometido encuentra las extensiones superficiales y piensa que tienen poca o ninguna repercusión en el texto principal.
Hay tal cantidad términos, como “crossmedia”, “múltiples plataformas”, “medios híbridos” o “mercancía intertextual”, que resulta difícil decidir dónde poner el límite. ¿Cuál es su punto de vista sobre ello?
Algunos de esos términos surgen de los primeros intentos de describir el cambio en la narración. Destacan diferentes aspectos; por ejemplo, “mercancía intertextual” hace hincapié en los motivos comerciales, mientras que el transmedia atribuye algunos motivos artísticos, además de los comerciales, a la producción. “Medios híbridos” destacan la mezcla de diferentes modalidades, mientras que el transmedia destaca la propagación a través de múltiples plataformas y medios. Todos somos ciegos tratando de describir un elefante o, más aún, haciendo gestos hacia un conjunto de prácticas que aún están tomando forma mientras intentamos documentarlas. Me sorprendería si cualquiera de esos términos durase para siempre, porque en realidad todos son provisionales.
Hace más de una década, formuló el concepto de “narrativas transmedia” por primera vez. Hoy, la tecnología ha evolucionado mucho. ¿Ha evolucionado también este concepto?
Por supuesto. He revisado mis ideas muchas veces en estos años. Pero tengan presente que el transmedia no depende de la tecnología per se. Se pueden hacer narrativas transmedia en un entorno escasamente tecnológico. Yo diría que las prácticas religiosas del cristianismo en la Era Moderna en Europa eran profundamente transmediáticas, con sus historias bíblicas que fueron contadas a través de las diversas formas de arte y representación disponibles en el momento. Diferentes tecnologías introducen diferentes alternativas, las cuales tienen impacto en cómo se organiza la trama y en cómo circula, pero la idea subyacente de una historia contada usando múltiples medios permanece siempre como una constante.
¿Hacia dónde cree que avanzará el transmedia en los próximos años?
Hoy entendemos el transmedia como un concepto global, que se adapta a las particularidades de cada país y de cada sistema de medios en los que se asienta. En el futuro, podemos contar con prácticas transmedia que se expandan a través de nuevos soportes y plataformas emergentes. Y podemos contar con que los artistas y las audiencias obtendrán una mayor sofisticación en su comprensión del transmedia a través del tiempo.
El problema es la falta de orientación clara para el espectador
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